Pon una rana en tu vida

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Siempre, desde niño y sin motivo que lo justifique, me han atraido las ranas y las he coleccionado, de porcelana, de fieltro,...hasta Gustavo de "Barrio Sésamo", para entendernos. Hablo de las "ranas", las de la familia de los ránidos, una de las muchas entre los anfibios, o sea, nada que ver con sapos y similares.
A lo largo de la historia, este simpático personaje, ha llamado a  la puerta de diferentes culturas, siendo adoptado como representante de la fertilidad, los alumbramientos sin problemas y como potenciador de la felicidad, de la buena suerte y la ausencia de pensamientos y fuerzas negativas. Lo que hoy podríamos definir como un amuleto del "buen rollito". En el Imperio romano, pasando por nuestra Edad Media, cultura China y las tardicionales leyendas de América del Sur, las ranas han cosechado simpatía y sugerido poderes que procuraban una vida más amable. Los indios americanos del Norte, que eran más inteligentes y mentalmente sanos que muchos de los americanos del Norte de ahora, utilizaban a las ranas para que con su croar, atrajeran la lluvia, e incluso, en el caso de los egipcios, la posiblidad de facilitar la resurreccción, hasta el punto que una de sus diosas, Herit, era una rana (como lo oyes) que, a la sazón, fué la que ayudó a Isis a resucitar a Osiris, su hermano y a la vez, marido (te lo juro), cuando el otro hermano de ambos, Seth, lo asesinó por celos, cosa nada original, que ha venido sucediendo cada dos por tres, hasta nuestros días. El caso es que, al parecer, le devolvió la vida con un beso, hecho mitológico que dió lugar, posteriormente a la bonita historia de la rana, el beso y el Príncipe azul o la Princesa despampanante y tal, y tal.


Por si todo lo dicho, fuese poco para afianzar mi simpatía y solidaridad con este estupendo bichejo, en medio de esta relación de siglos de positivismo "ránido", como siempre, aparecieron los religiosos para dar la nota discordante y ¿a que no imagináis a qué asociaron su imagen?. Si, amigos, ¡¡a la lujuria!! como no podía ser de otra manera. Es superior a sus fuerzas, en cuanto algo les distrae al personal, lo tachan de pecaminoso, da igual una rana que los "Del Río" cantando lo de "dale alegría al cuerpo Macarena, eh! Macarena ¡A..aay!" Ya me contaréis lo que puede tener de lujurioso una rana, salvo para una mente enferma, no sé si me explico. Mira por ejemplo, la de la foto, que se está enterando de todo, pero disimula como si no fuese con ella el asunto. Aunque no es una postura muy decorosa (todo hay que decirlo) la pobre, sugiere cualquier cosa menos lujuria. ¡Qué tíos! Yo, por si acaso, sigo teniendo la esperanza de que un día, una rana se cruce en mi camino, me mire, la bese y....

1 comentarios:

Marco dijo...

Rick, se te ha olvidado el famoso sucedido...

- ¡Camarero! ¿TIene ancas de rana?
- Si, señor...
- Pues pegue un par de saltos y tráigame un café con leche...