Plagas modernas: El "cuñao"

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Proteger tu hogar frente a vendedores incómodos, insectos asquerosos, ladrones, pedigüeños y cretinos en general, es una ardua labor que te impones, firmemente, para salvaguardar tu intimidad, tu paz. Todo es inútil cuando en tu casa se instala un cuñado. Para empezar, tengamos en cuenta que su valedor es nuestra mujer, lo que impide cualquier resistencia, que de producirse, es abortada por ella de inmediato. El cuñado es siempre un "buen chico" que por misteriosas razones, tiene muy mala suerte y nunca llega a entenderse con su jefe, con lo que no aguanta más de una semana en cada trabajo, motivo por el cual, su actividad se reduce a sellar periódicamente la cartilla del paro y ver la televisión. Por definición, el cuñadito come como una lima y tiene varios platos favoritos que su hermana procura tener siempre en la mesa familiar. Ocupa el baño durante horas, vive en el sofá, anda en calzoncillos por toda la casa, te quita el tabaco, se mete el dedo en la nariz y se hurga en la entrepierna antes de hurgar en las entrañas de la nevera. Él sabe que tiene la sartén por el mango. Tú no le importas en absoluto, no existes para él, solamente eres un pringao que se casó con su hermana. Es más, te desprecia. No hay antídoto para esta terrible rémora. No luches, es inútil.

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